Desayuno en Tiffany's, Truman Capote

Deliciosa.

Una novela corta en la que cada frase te transporta a un mundo tan irreal como hermoso, siempre que te guste el glamour de la gran ciudad, la gente guapa y todo eso.

Capote crea en esta novela un personaje del que estoy enamorado desde que lo vi en la adaptación al cine por primera vez, sin saber siquiera que existía una novela del mismo nombre, Holly Golightly. Es imposible leer esta novela y no ver a Audrey Hepburn en cada frase, en cada gesto, en cada palabra de la obra. Así la define Capote la primera vez que entra en escena:

"Ella seguía subiendo la escalera, llegó a su piso, y la luz del rellano iluminó la mezcolanza de colores de su pelo cortado a lo chico, con franjas leonadas, mechas de rubio albino y rubio amarillo. Era una noche calurosa, casi de verano, y Holly llevaba un fresco vestido negro, sandalias negras, collar de perlas. Pese a su distinguida delgadez, tenía un aspecto casi tan saludable como un anuncio de cereales para el desayuno, una pulcritud de jabón al limón, una pueblerina intensificación del rosa en las mejillas. Tenía la boca grande, la nariz respingosa. Unas gafas oscuras le ocultaban los ojos."

En la película también es así como aparece por primera vez, vista desde un piso superior mientras forcejea con la cerradura e intenta zafarse de un tipo que quiere entrar tras ella. Reconozco que haber leído esta novela sin haber visto la película hubiese sido muy diferente, pero en mi caso no he podido evitar la referencia continua entre la obra escrita y la película.

La novela en sí no es mucho más que el retrato de una sociedad, de un momento puntual que, por supuesto, está muy lejos de la realidad social, al menos de la realidad de la gran mayoría de estadounidenses, inmersos en plena guerra. Igualmente los personajes no son muy importantes, un escritor casi tan malo como yo, el propietario de un bar, un hermano que aparece de refilón, un antiguo marido, y varios miembros de la Beatiful People neoyorquina, que conforman el cinturón perfecto para la protagonista, un personaje, éste sí, impresionante. Una mujer por la que cualquier hombre podría perder la cabeza y la fortuna, aún a sabiendas de que jamás se verá correspondido de igual manera.

Leer esta novela, en la que no se invierten más de un par de horas, es enamorarse de Holly como les ocurre a todos los personajes, sean del sexo que sean, que aparecen en la novela. Es la descripción de una época en una ciudad de grandes excesos, grandes lujos, riqueza y apariencia continuada, el sueño americano en su versión más glamourosa, pero ya lo advierte el propio Capote,

"No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell. Esa fue la equivocación de Doc. Siempre se llevaba a su casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo."

Eso es lo que ocurre cuando acabas la novela, sientes que la criatura salvaje se marcha sin ni siquiera agradecer que te hayas enamorado de ella.

Así estoy yo, feliz de haber conocido a Holly en el cuerpo, el rostro y los andares de Audrey Hepburn, y triste porque me ha dejado, como a todos, con el corazón roto y unos deseos incontenibles de volver a verla.

Resumen del libro (editorial)

Atractiva sin ser guapa, tras rechazar una carrera de actriz en Hollywood, Holly se convierte en una estrella del Nueva York más sofisticado; bebiendo cócteles y rompiendo corazones, parece ganarse la vida pidiendo suelto para sus expediciones al tocador en los restaurantes y clubes de moda, y vive rodeada de los tipos más disparatados, desde un mafioso que cumple condena y al que visita semanalmente, hasta un millonario caprichoso de afinidades nazis, pasando por un viejo barman secretamente enamorado de ella.

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