Unos días de descanso en Jarabacoa
Hola, Tras meses de bastante trabajo, sin librar apenas un sólo día, decidimos aprovechar la visita de Nicolás, el hermano pequeño de Luz, para irnos los cuatro de vacaciones unos días. En concreto tres, pero tres días que han valido por un mes. Escogimos uno de los lugares más hermosos del país, y que no tiene ni arena blanca, ni palmeras, para hacer un retiro. Por desgracia la señal del móvil llega hasta allí, pero hemos podido desconectar bastante. El lugar elegido ha sido Jarabacoa, en el interior del país, un espacio de montaña, con vegetación de altura, aguas bravas y un clima extraordinario que invita a quedarse para siempre. Sin duda Jarabacoa y su entorno parecen salidos de un cuento, a las antípodas de lo que he visto por todo el resto del país, orden, limpieza, tráfico casi ordenado, un ayuntamiento, un parque central (la plaza del pueblo) con su iglesia, su árbol centenario, bancos donde sentarse, sin merengue ni bachata taladrando el cerebro de nadie, lo dicho, un oasis. P