Escúchame bien, Scrooge, antes de que caiga la noche te visitarán tres espiritus
Hoy me han pasado algunas cosas que me gustaría compartir con vosotros, y que no sé muy bien cómo calificar... La primera ha llegado con las horas más noveles de la mañana. Tras varias noches sin dormir bien, hoy me he despertado con el recuerdo de un sueño en el que empaquetábamos nuestras cosas y volvíamos a casa después de siete años de ausencia. He de confesar que soy de esos que nunca recuerdan sus sueños nocturnos, por lo que me ha llamado la atención que la sensación de felicidad por volver a casa hubiera traspasado la aduana del despertador. Poco después ha venido la segunda del día. Tras dejar a mi hijo en el colegio, y ya de camino al trabajo, he recibido un mensaje de una lectora de El péndulo de Dios que me ha emocionado profundamente, un mensaje que me ha humedecido el alma y me ha llegado a los ojos (o al revés) porque lo he recibido en un momento en el que estoy ávido de señales, y que reproduzco para vuestro juicio. Maria R.M. Acabada de leer hace unos dí