Entrades

S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: abril, 2019

El cumpleaños de Quim

Imatge
El día que cumplió cincuenta años, se levantó con unas terribles ganas de cagar. El intestino se le había removido en la madrugada como una anguila perseguida por un tiburón y lo hizo saltar de la cama. Dormía desnudo y el baño, a un par de metros de la cama, siempre mantenía la puerta y tapa del váter abiertas, por lo que en dos zancadas ya había metido el culo en el hueco de la taza. El primer retortijón le arrancó una mierda dura, larga y pesada que sintió correr por el último palmo del intestino antes de cruzar el recto y caer a plomo sobre el agua estancada del retrete. Sintió un placer rayano en lo ancestral al notar como los músculos anales cerraban su agujero y la mierda dejaba de pesar en su cuerpo. Una sonrisa de satisfacción le cruzó el rostro mientras estiraba la mano derecha para sacar un par de palmos del rollo de papel higiénico que colgaba junto a él. Hizo un par de pliegues y con la misma mano derecha buscó a tientas el hoyo que debía limpiar. Actuó como siempre, co

El Perú ya no está jodido

Imatge
La primera vez que viajé a ese maravilloso país fue en el año 2003 y lo hice con un grupo de personas muy especiales de las que aprendí tanto que ni siquiera en una novela larga como La virgen del Sol caben sus enseñanzas. Aprendí a ser paciente (los que me conocen deben estar poniendo una cara de esas de ¿y cómo narices era antes si ahora dice que es paciente?), me comí un mango por primera vez en la vida, comprendí que todo está conectado, sentí el efecto mariposa en modo bofetada potencia tsunami y nací de nuevo, allí, entre sus rocas milenarias, sus cumbres imposibles y sus paisajes abrumadores. En toda vida hay momentos y lugares que te cambian, y para mí el Perú fue el país en el que desperté. Como diría Piqué: “Perú, contigo empezó todo”. Gracias a ese viaje me conocí a mí, y es curioso porque llevaba entonces treinta y tantos años viviendo juntos y casi no nos habíamos hablado, conocí de verdad a mi maestra, viví mi primera epifanía, me hice vegetariano y gracias a eso

Cuatro de abril

Imatge
Hoy es cuatro de abril otra vez, por vigesimoquinta vez, es cuatro de abril. Hoy hace veinticinco años que aquel puto cáncer te venció, que nos derrotó, que nos dejó sin tu presencia. A partir de mañana mi vida sin ti será mayor de lo que había vivido a tu lado. Nadie debería vivir sin su madre. En pocos días además voy a tener la edad que tú tenías cuando se te llevaron, y soy tan joven, mama, tan joven que no puedo imaginar lo que supuso para ti dejar la vida en el mejor momento, cuando nosotros ya éramos mayores, cuando podías vivir con tu pareja, cuando teníais, después de un montón de años de andar contando hasta la última peseta, cuatro duros en el bolsillo para disfrutar. La muerte es una mierda, es la peor condena posible, el castigo definitivo, el desastre absoluto, pero la tuya era sobre todo inmerecida, nunca te escuché desear el mal a nadie, siempre defendiendo los motivos de los demás, siempre poniéndote en sus zapatos, siempre enseñándome a ser mejor persona.

Ahora que soy Ángel María

Imatge
Les veía casi siempre a la vuelta. Llegaban con sus vestidos coloridos, las gorras de visera corta vueltas para atrás, los guantes con los dedos descubiertos y sus zapatos de bailarines de claqué. Sólo les veía regresar porque salían muy temprano, demasiado para un niño de mi edad, pero mientras desayunaba con mi hermana y mi madre en la mesa de madera de la parcela, bajo el toldo que colgaba del avancé, subían por la calle del camping montados en sus armaduras flacas de tubos pintados, agarrados a aquellos cuernos curvados como jinetes de avestruces. Las ruedas grandes, mucho más que las nuestras pero delgadas, apenas de un par de centímetros de grosor, y un juego de platos y piñones que hacían restañar con elegancia tirando de pequeñas palancas pegadas al tubo principal del cuadro, por encima de donde llevaban amarrados sus botellines de agua con publicidad de bancos y cajas.  Después, al cabo de las horas, les volvía a ver en pantalones cortos o bañador, siempre sin camisa co