El amor en los humanos
Uno de los principios universales es el del Ritmo, dice más o menos, y perdón por la simplificación de una cosa tan sumamente importante, que toda energía en el universo en una dirección genera otra de igual magnitud en contra. Como el movimiento de un péndulo, que oscila con la misma fuerza en una dirección como viene de la otra. Esto significa que, por ejemplo, si una persona tiende a ilusionarse o a alegrarse mucho ante una situación, con la misma intensidad se decepcionará o entristecerá con la contraria. Otro ejemplo que explica este principio es que si una persona tiene mucho, mucho, mucho dinero para comprar cualquier tipo de manjar, con toda seguridad no tendrá el mismo hambre que pueda tener un pobre en el momento de enfrentarse a la pitanza. Este es un principio universal, recogido por Hermes ya unos miles de años antes de que el contador de nuestra era se pusiese a cero, y si lo creemos a pies juntillas como una verdad universal, nos facilita mucho la opción de vida de ser