Teatro de pena
Escenario:
Bar Cafeína Coffee House en Ciudad las Canas, Cap Cana, residencial de lujo de Punta Cana, en República
Dominicana.
Personajes:
Jordi, representante comercial que es invitado a un desayuno de Trabajo.
Felipe, la persona que invita a Jordi al desayuno, dominicano, de mediana edad, activo, persona influyente y conocida en el país.
Dos desconocidos de origen extranjero, europeos a primera vista.Situación:
23 de julio de 2014, 09:00 am.
Día soleado, radiante.
Jordi y Felipe, invitado el primero por el segundo, se dan cita en el bar Cafeína para tratar un asunto de trabajo mientras desayunan. Ambos llegan en sus
vehículos particulares, se encuentran en el párking y entran juntos al bar.
Los dos desconocidos están desayunando en la única mesa ocupada del local.
- Acto 1 -
Felipe : -
Hola Jordi. Buenos días, gracias por venir
Jordi: -
Gracias a ti Felipe. Hacía días que no nos veíamos..., te veo bien
Abren la puerta del bar y entran
Felipe : -
Pasa, por favor.
2
Desconocidos: - Buenos días Felipe, dichosos los ojos que
te ven.
Felipe : -
Buenos días – sonríe –, estaba ocupado en la capital. Os presento a Jordi, un amigo catalán.
Desconocido
1: - ¡Español! – con voz de mando.
Jordi: -
Catalán – con media sonrisa mientras tiende la mano para saludarlo.
Desconocido
1: - ¡Independentista! – con voz de mando más fuerte, al tiempo que aprieta la mano.
Se hace un silencio incómodo en el local.
Jordi: - Catalán – sin sonrisa, mirando a los ojos del desconocido, para
después dirigirse a la mesa donde ya lo espera Martín.
Desconocido 1: - ¡Felipe, te imaginas encontrarte a un
dominicano en Boston, que le preguntes de dónde es y te diga “dominicano, del
Seibo” – a gritos de punta a punta del bar.
Felipe : -
Pero muchacho, que cada uno sea de donde quiera, ¿no?
Desconocidos 1 y 2 murmuran algo lejos del alcance auditivo de Jordi y
Felipe.
Desconocido
2: - Apunta lo que debemos – dirigiéndose a
una de las camareras en voz alta.
Los dos desconocidos se levantan del bar y se marchan ofendidos.
Fin del primer acto.
Comentaris
Un abrazo
La historia es real, por desgracia, y a pesar de que la he "bautizado" como primer acto, en realidad son muchas las situaciones que me han sucedido como ésta.
Parece como si ser catalán y sentirse así fuera un acto por sí mismo de provocación a gente que ni siquiera conozco.
Hace unos días una señora española me dijo, mientras hablaba con mi hijo en catalán, si me parecía bien hablarle en este idioma a un niño tan pequeño...
Me marché a 6000 km para no ver ni escuchar a esta gente y aquí me los voy encontrando por cada esquina.