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Sandra Bruna entrevistada por Daniel Heredia

Sandra Bruna: “Creo que el agente literario debe hacer un buen servicio al escritor, que no es estar a su servicio”

Sandra Bruna, agente literaria. (c) Lluc Oliveras
Sandra Bruna, agente literaria. (c) Lluc Oliveras
Cuando lea el nombre de Sandra Bruna tal vez se encoja de hombros con ese instinto de recelo o indiferencia hacia lo no muy conocido del que no está libre nadie. Pero si añadimos que la agente literaria Sandra Bruna saltó a la fama gracias a su trabajo con La catedral del mar, la primera novela de Ildefonso Falcones, quizá mueva la cabeza afirmativamente y reconozca la labor de esta profesional jovial, amable, de sonrisa cordial y ojos vivísimos. Y una enamorada de su trabajo al frente de Sandra Bruna Agencia Literaria, que abrió en 2001 tras una década de aprendizaje en la empresa de Mercedes Casanovas. Quizás se hizo agente por las causalidades de la vida. Esta conversación se desarrolló a través de decenas de correos electrónicos, entre confidencias y testimonios tangibles.
No muchos saben cuál es el trabajo que realiza una agente literaria. ¿Nos lo puede explicar?
Un agente literario es el intermediario entre el autor y el editor. El “manager” de los escritores, dicho de una manera más entendedora para todos.
¿Qué se necesita entonces para ser agente literaria?
Yo estudié Filología Hispánica, pero pienso que el oficio de agente se aprende en las trincheras, haciéndolo. Yo tuve esa oportunidad empezando a trabajar en una agencia literaria y desde lo más abajo fui escalando peldaños y pasé por cada eslabón. Pienso que haber leído mucho te ayuda. Y tener un carácter vendedor es esencial.
¿Cómo se convirtió en agente?
Después de trabajar diez años en una agencia literaria –los cinco últimos ya como agente de representados extranjeros- me planteé lanzarme a la aventura de crear mi propia agencia, dado que había recibido algunas ofertas para pasarme al otro lado, como editora, y ver el otro punto de vista, que también hubiera sido interesante. Pero tenía ya algunos autores que me animaron a dar el salto, a tirarme a la piscina. Y lo hice. Hasta hoy.
¿Por qué la inmensa mayoría de las agentes literarias en España son mujeres?
Es una pregunta reiterativa y ahora cada vez menos cierta, porque hay cada vez más hombres. Sin embargo, yo siempre digo lo mismo: es algo que pasa en España, no en Estados Unidos o en otros países donde el agente masculino está presente y se impone. Pero para no dejar esta pregunta sin contestar, siempre pienso que la labor de agente conlleva hacer muchas cosas a la vez, con mimo y cuidado, y quizás esta característica es más de las mujeres. Aunque hay hombres que también lo hacen de maravilla.
¿Son tan importantes como parecen los contactos personales?
Los contactos personales siempre son importantes, en todos los ámbitos de la vida. En el literario también, porque cuanto más conoces a la gente, mejor sabes lo que busca y lo que quiere, que es fundamental en nuestro trabajo.
¿Cuál es su criterio a la hora de aceptar a un escritor en su agencia?
El criterio ha cambiado mucho desde que empecé hasta ahora. Hoy en día es muy complicado apostar por un escritor no conocido y tiene que gustar el manuscrito a muchos miembros del equipo para integrarlo dentro de Sandra Bruna Agencia literaria. Pero eso no quiere decir que cerremos las puertas a nadie. Hemos buscado alternativas, con proyectos nuevos, para poder dar oportunidades a los que empiezan, como es el servicio de SB e&books.
¿Y en qué consiste el servicio SB e&books?
Consiste en dar un servicio editorial on-line a las nuevas voces después de leer el manuscrito, y siempre que esté tenga un mínimo de calidad, colgarlo a todas las plataformas con las que trabajamos para que sea entonces más fácil convencer a los editores que esa historia también podría valer en papel. Es un servicio de doble dirección.
¿Alguna recomendación para los escritores jóvenes o inéditos que están intentando abrirse camino en el mundo literario?
Que no dejen de luchar por su sueño, pero que sepan ser autocríticos, y que de antemano sepan lo que ya he dicho en otras ocasiones: saber tocar la guitarra no te hace guitarrista. Ser escritor es un oficio que se puede aprender, pero no todo el mundo puede ser talentoso en él.
¿Cuántos manuscritos no deseados recibe de media en un mes?
No los he contado.
¿Cuál es su mayor alegría hasta el momento como agente?
La mayor alegría para mí es cuando puedo trasmitir una buena noticia a alguno de mis representados. Lo vivo todavía con un entusiasmo y una ilusión como el primer día.
Si no hubiera sido agente…
Me hubiera encantado algo relacionado con la comunicación y el marketing. Quizás el mundo de la publicidad.
¿Cuántas personas trabajan con usted en su empresa?
Actualmente somos diez, contando a tres becarios.
¿Cuántos escritores representa usted en estos momentos?
96 entre españoles y catalanes, además de 30 listas extranjeras.
¿Están los agentes literarios al servicio de los escritores o es al revés?
Creo que el agente debe hacer un buen servicio para el escritor, que no es lo mismo que estar a su servicio. Juntos formamos un equipo que bien avenido llega a la meta seguro.
¿Por qué hay tanta oscuridad en el mundo de las agencias literarias?
Yo no creo que haya oscuridad. ¿Crees que es así? En la mía creo que hay luminosidad y transparencia.
La era digital está generando nuevos modelos, desde el proceso de creación hasta la relación autor-lector. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Es un mundo que viene, no se detiene, y debemos introducirnos en él de la mejor manera posible.
Un manuscrito es rechazado, ¿por qué no tiene calidad literaria para ser publicado o por qué no tiene perspectivas comerciales?
Cada caso es un mundo. A veces puede ser por ambas cosas, o sólo por una de las dos. Cada caso debe ser analizado y tratado como único. No hay una receta igual para todos.
¿Qué géneros literarios venden bien en estos momentos?
Te diría que la novela erótica es lo que ha vendido más recientemente, desde Cincuenta sombras de Grey. Parecía que sería una moda efímera y quizás no va a ser así. Es un momento donde nada está claro.
¿Están concedidos de antemano todos los premios literarios?
Creo que no.
¿Cómo es un día laboral en su vida?
Cada día es distinto, por lo tanto nunca es aburrido, pero sí a veces cansado. Nunca hay un día tranquilo. Muchas reuniones internas, externas, llamadas y correos electrónicos a montones. Algo que nos ha beneficiado por una parte y arruinado por otra, dado que el volumen es incontrolable.
¿Ha coincidido alguna vez con alguien por la calle leyendo el libro de uno de sus representados?
Sí, y me encanta. Me gustaría acercarme a esa persona y preguntarle si le gusta, quisiera comentar el libro con el lector. Pero nunca me he atrevido a hacerlo.
¿Cuáles son sus afinidades literarias?
Me gusta todo tipo de libro. Leo tantos géneros que ya me he acostumbrado a leer un poco de todo y a ver cosas positivas en cada lectura, a pesar que no sea aquello que me gustaría leer.
¿Un libro que le hubiese gustado escribir?
No sé escribir, porque cada uno debe hacer lo que le toca. Así que ese deseo ni me lo planteo.
¿Sobrevivirán las letras impresas a esta crisis moral y económica?
Yo espero que sobrevivan. Los libros alimentan muchas cosas, y sea en el formato que sea la letra impresa ayuda.
¿Qué opinión le merece el monopolio de Amazon hacia los libros?
No me gustan los monopolios, pero para que no haya monopolios debemos crear alternativas. Sí las hay, aunque de momento el gigante es grande.
¿Y cuáles son esas alternativas?
Por eso digo que sí las hay. Yo estoy intentando reinventarme y SB e&Books es una de estas alternativas. Y estamos pensando en más, pero hasta que no cuajen da mala suerte decirlas. Además, esta primera costó dos años de parir, que se dice muy alegremente. Pero nada es fácil.
Parte del éxito de su agencia literaria tiene su origen en el descubrimiento de Ildefonso Falcones y su exitosa La catedral del mar. ¿Qué significó esta novela en su carrera profesional?
Significó un salto muy grande en la representación de autores españoles. Nuestra fuerza siempre había estado en las representaciones de agencias y editoriales extranjeras, y conLa catedral del mar pudimos dar el salto con el autor español. Pero después ha habido otras muchas alegrías también como Habitaciones cerradas de Care Santos, Amor en minúscula de Francecs Miralles, El puente de los judíos de Marti Gironell o El silencio de Gaspar Hernández.
¿Con qué odia perder el tiempo?
La verdad es que casi no tengo tiempo para nada, ni para perderlo.
¿Quién es Sandra Bruna?
Cuesta definirse a uno mismo. Yo diría que soy una persona apasionada por su trabajo, honesta, muy trabajadora y vital.
¿Por qué leer?
Leer es de las mejores cosas que uno puede hacer en la vida. Entras en mundos inimaginables, vives vidas de otros. Es realmente un placer del cual se aprenden muchas cosas, y no solo literarias sino también para la vida de uno mismo.
¿Leer entonces es vivir?
Sí, leer es vida para mí y la posibilidad de contagiar vida a los demás.
¿Qué ha aprendido de sí misma leyendo que no hubiera podido aprender sola?
A reflexionar, a preguntarme cosas, incluso a sonreír un poco más. La lectura siempre aporta algo.
¿Qué tipo de lectora es?
Atípica, porque no puedo leer todo lo que me gustaría. Casi te diría que no puedo leer casi ninguno de los libros publicados, aunque mi mesita de noche está llena de libros que quiero leer algún día. En cambio leo muchos manuscritos de nuevas voces y de los autores a los que represento, que intento siempre leerlos yo, además de otros miembros del equipo, para después contrastar y discutir la jugada.
¿Cómo se debe leer: en voz baja, en voz alta o sin voz?
De la manera que cada uno quiera y se sienta cómodo. Mientras se lea, todo es bueno.
¿Cuántas horas diarias dedica a la lectura?
Depende de la semana, pero entre dos y tres horas seguro. Y a veces más. El fin de semana hago jornadas intensivas de lectura, no me queda otra.
¿Cuál es su sitio preferido para leer?
El sofá de mi casa si no hay nadie, o en la cama antes de acostarme porque es cuando todo está en silencio.
¿Cómo es ese espacio físico deseado para la lectura?
Un comedor espacioso y un sofá cómodo con una luz para poder leer bien son de las primeras cosas que reclamé.
Para leer no puede faltarle…
Un bolígrafo o algo para tomar notas.
¿Quién le enseñó a leer?
Yo creo que mi padre, al menos fue quien hizo que la lectura formase una parte importante de mi vida.
¿Cuál fue ese libro que le convirtió en lectora?
Realmente es difícil saberlo. Empecé por Enid Blyton, como muchos lectores, y luego seguí con La historia interminable de Michael Ende, pero enseguida me apasionaron las lecturas recomendadas como El árbol de la ciencia de Pío Baroja o Aloma de Mercè Rodoreda. Además de Madame Bovary de Flaubert, El extranjero de Camus o La montaña mágica de Thomas Mann.
¿Quiénes son sus autores favoritos y qué lecturas recomendaría?
No hay uno solo. Me encanta Pamuk o Coetzee, pero para recomendar pienso que debes saber muy bien lo que le gusta leer a esa persona. Cada uno tiene un perfil y no es un drama que no te guste según quien, si lees otra cosa, claro. Cuando empecé a trabajar en la agencia literaria de Mercedes Casanovas me marcó mucho leer Como agua para chocolate de Laura Esquivel y descubrir autoras mexicanas como ella y Ángeles Mastretta, que me apasionan. Además de Juan José Millás, autor que me encanta todo lo que hace.
¿Qué libros está leyendo?
Ninguno, como antes respondí. Sólo manuscritos que no puedo desvelar.
¿Qué libros le han impactado más en su vida?
Me impactó leer Otelo, quizás por la edad en que lo leí. Y de los últimos que he podido leer en papel El niño con el pijama de rayas de John Boyne.
¿Qué libro reciente no ha sido capaz de terminar de leer?
Termino todos los libros. Siempre pienso que debes analizarlo de principio a fin. Quizás es por tema de oficio.
¿Con cuál se ha emocionado últimamente?
Con un manuscrito de Francesc Miralles, uno de mis autores, que se publicará para este San Jordi. Se titula Wabi-sabi y su lectura es emotiva, vital y tan especial que emociona.
Todo el mundo afirma que en España no se lee…
Creo que sí se lee, pero no tanto como en otros países europeos. Siempre me gustaría que se leyera más, pero eso no quiere decir que no se lea.
¿Cómo se puede fomentar la lectura entre los estudiantes que sólo abren los libros por obligación?
Dejándoles leer lo que les apetezca, que ellos elijan. Después, cuando hayan cogido el gusto por la lectura, querrán conocer más.
¿Qué es el libro para usted?
Un regalo maravilloso.
¿Qué experiencia significativa le convirtió en usuario de libros?
Ninguna, en casa siempre se ha leído, somos una familia literaria, porque muchos de sus miembros trabajamos en el mundo editorial y hemos mamado los libros desde pequeños. Te diría que casi hemos nacido con un libro bajo el brazo en vez de con un pan.
¿Cuál es su relación ahora con los libros?
Son la otra parte más importante de mi vida. La otra mitad es la familia.
¿Prefiere los libros recién sacados de la imprenta o los volúmenes antiguos?
Me gustan todos, porque en cada libro hay algo importante y mágico.
¿Dónde suele compra libros?
En la librería tradicional, y si puedo con un librero que me asesore bien. La importancia del librero para mí es básica.
¿Visita las librerías de viejo?
No, eso lo he hecho a través de algunos libros. Recientemente con El aire que respiras de Care Santos.
¿Qué opina de las librerías tipo Fnac, Casa del Libro o La Central?
Son para un público determinado y deben existir. Cuanta más oferta haya, más compradores tendremos. Pero el librero que te conoce y sabe recomendar, para mí es fundamental.
¿Cuántos libros suele comprar en un año?
No muchos. Me falta tiempo para leerlos, pero lo recuperaré, se lo aseguro.
¿Cuál es el último libro que ha comprado?
Uno para mi hijo, que también se está aficionando a la lectura.
¿Cuál es su posesión libresca de la que se siente más orgulloso?
Las diferentes ediciones que se hicieron de La catedral del mar de Ildefonso Falcones, que fue uno de los primeros éxitos de la agencia.
¿Alguna manía u obsesión con los libros?
Que si los dejo, me los devuelvan.
Los presta entonces.
Sí, pero con recelo.
¿Están sus libros limpios de notas y subrayados o los marca de alguna de manera?
Están limpios. Las notas siempre las tomo aparte.
¿Posee ex libris?
No.
¿Qué opina de ese fenómeno comercial que es la Feria del Libro?
Me encanta. La Feria del Libro de Madrid es fantástica y ojalá supiéramos organizarla igual de bien en Barcelona. La de Frankfurt es emblemática y llevo ya tantos años yendo que, cuando se acerca, debo confesar que me da mucha pereza, pero cuando estoy allí me encanta el contacto directo con los editores que siempre nos hablamos vía e-mail.
¿Ha practicado en alguna ocasión el bookcrossing?
No, pero me parece una buena iniciativa que no ha terminado de cuajar. Y es una lástima. Todo estímulo para la lectura es bueno.
¿Cuál es su modelo de libro electrónico? ¿Por qué lo eligió?
Leo en un Ipad porque así lo tengo todo integrado, correo electrónico, agenda, etcétera.
¿Qué opina sobre el libro electrónico?
Es el futuro, que no quiere decir que excluya el papel, sino un canal más de venta.
¿Cómo luchar contra la copia ilegal de libros electrónicos?
Fundamental la educación desde pequeños. Hemos de ser conscientes que padres y educadores tienen una labor importante y es hacer entender que la cultura no es gratis.
¿El libro en papel será en el futuro un objeto de lujo?
Yo espero que el papel tenga su canal, pero si siendo un objeto de lujo es como puede convivir con el electrónico, bienvenido sea. Lo que espero es que el papel sepamos, entre todos, conservarlo.
¿Cuál es el futuro del libro?
No lo sé, ojalá tuviera una bola mágica. Sin embargo, el libro sea en el formato que sea es necesario para la vida.
Su biblioteca es…
Grande, y tengo dos, la de la agencia y la de casa.
¿Cuántos volúmenes contienen sus bibliotecas?
Ni idea, muchos.
¿Cuál es el número idóneo de libros para su biblioteca?
Ilimitado, cada libro que me gusta quiero conservarlo como un tesoro. Y los de mis autores también me gusta tenerlos.
¿Qué género predomina?
Hay de todo un poco. Por mi profesión, también debo leer géneros que no son los que leería por placer, pero debo ver todo lo que se publica.
¿La tiene ordenada?
Por autores, pero sé dónde encontrar cada libro.
¿Sólo tiene libros en las baldas o también acumula objetos, fotografías u otro tipo de fetiches?
Alguna foto acompaña a los libros.
¿Alguna peculiaridad?
Ninguna.
¿Qué libros le faltan en su biblioteca?
Algunos clásicos leídos durante la universidad y que no conservé.
¿Cuál es el libro más raro de su biblioteca?
La verdad es que no sé qué contestar, para mí no hay libros raros.
¿Posee libros heredados de su familia?
Sí, mi padre conserva todos sus libros de Julio Verne, Los cinco y los cómics de superhéroes de su momento que se los quiere pasar a mi hijo.
¿Hace expurgo en su biblioteca con frecuencia?
No, y empezamos a tener un serio problema de espacio, tanto en la agencia como en casa.
¿Contiene libros en otros idiomas?
Alguno, pero debo confesar que pocos.
¿Cómo debe formarse una biblioteca?
La verdad es que como cada uno se sienta cómodo. Lo importante es poder tener una biblioteca con esos libros que te han marcado, que quieres volver a leer, tener a mano porque te han transmitido algo especial.
¿Visita usted como usuaria las bibliotecas públicas?
No, mi falta de tiempo no me deja.
¿Qué biblioteca ha visitado y le ha fascinado?
He visitado pocas bibliotecas, pero recuerdo con especial cariño la Biblioteca Nacional de Nueva York. Como viajo por trabajo y voy sola, puedo hacer estas cosas. En los viajes familiares intentan que me olvide un poco de los libros.
¿Qué biblioteca le gustaría visitar?
La de Alejandría.
Sandra Bruna (Barcelona, 1973) es la directora de la Agencia Literaria Sandra Bruna desde 2001, cuando solo tenía 28 años. Antes había trabajado durante una década con la agente literaria Mercedes Casanovas.Página web.

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