Un poco de Ego

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Hola,

Antes de nada, por la fecha en que publico hoy, este escrito merece una salvedad previa: Feliz año nuevo, Feliz noche de Reyes Magos y que todos vuestros deseos (los buenos por lo menos) se cumplan.

Como quizá algunos de vosotros sepáis, hace unos meses me decidí por fin a auto-publicar mi última novela, El péndulo de Dios, ante la imposibilidad de encontrar una editorial tradicional que se interesara por ella. Fueron unos meses de bastantes sinsabores, de dudas, de peleas contra el muro del no ajeno, pero sobre todo de decepciones. Es difícil, por lo menos para mí lo es, tener tantas ilusiones y esperanzas puestas en algo hecho por uno mismo y que los demás no le den valor, es una lección que pone a prueba la autoestima.

Sin embargo ahora, después de varios meses de lenta arrancada, la novela está en puestos muy dignos del ránking de ventas de Amazon, tanto que incluso ha llegado a estar entre los 60 libros más vendidos en español por Amazon, pero teniendo en cuenta todos los libros en español, Biblias incluidas... Es una alegría y una satisfacción enorme, la verdad, y también una causa más para estar súper agradecido con todo lo que me ocurre en la vida. Me faltan ya las palabras para dar tantas gracias y a tanta gente.

Ahora bien, no es de este supuesto éxito que quería hablar en este artículo, sino de como el Ego puede llegar a dominar todas las facetas de la vida si no se le sujeta con fuerza. El haber publicado por vía de Amazon de forma electrónica permite a todos los autores seguir las ventas on-line al instante, y os aseguro que yo las miraba unas mil veces al día. Como un adicto a las listas, y no por el dinero que pueda llegar a ingresar, que no será mucho, y en todo caso todavía no me gano la vida como escritor (aunque sé que llegará ese momento). No, ese no es el motivo, el único motivo que me hacía estar enganchado al móvil, o al ratón en la oficina para pulsar la opción de "actualizar" era saber en qué posición del ránking ocupaba la novela en cada momento. ¿Pero cómo se puede ser tan egocéntrico?

La respuesta es sencilla, el Ego es un animal insaciable, un perro feroz capaz de devorar todo a su alrededor, incluido a su propio dueño, y a quien es mejor tener atado corto. Durante muchos años he trabajado esta faceta en mi vida, disponer de la cantidad justa de Ego para no ser devorado por los Egos de los demás, pero sin pasarme para no caer yo mismo bajo sus fauces. Parece que mi Ego me había engañado haciéndome creer que ya estaba curado para atraparme con el juego de las listas..., ¡qué listo es! Como dice un buen amigo mío en su novela más reciente, la mente es una mala puta (con perdón), pero yo cambiaría la palabra mente por Ego.

Bien, prometo enmienda y atar de cerca a la bestia para que no vuelva a incurrir en sus egocentricidades.

Sin embargo hoy y ahora, víspera de Reyes, no puedo dejar de pensar en la acogida que está teniendo El péndulo de Dios y daros a todos las GRACIAS DE TODO CORAZÓN por vuestra confianza y comentarios sobre la novela. Espero que llene muchos Kindle, Tablets y e-books y os haga pasar un muy buen rato.

Feliz año,

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