La Madre.

Hola,

Por una de esas extrañas coincidencias de la vida leo en el periódico Diario Libre, un periódico de tirada nacional en la República Dominicana al que rara vez accedo, que en tal fecha como hoy, pero del año 1997, murió Agnes Gonxha Bojaxhiu, más conocida como Madre Teresa de Calcuta, o Santa Teresa de Calcuta para los que todavía crean en los cargos otorgados por la Iglesia Católica.

La referencia a tal efeméride ha activado mi memoria y me ha confrontado con una escalofriante rapidez la noticia que ayer leí en la Vanguardia, y en la que se anunciaba que el gobierno del estado español va a modificar por enésima vez la ley del aborto.

Ese cruce de información me ha asaltado al recordar una frase que le escuché a la Madre, y que fue el inicio de mi cambio de mentalidad en cuanto al tema del aborto.

Yo siempre había defendido, sobre todo en mi adolescencia y juventud, cuando además estaba del todo prohibido, el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, el derecho de cada mujer a abortar libremente si así lo decidía sin tener que dar más explicaciones o pedir permiso a nadie. El aborto además es un derecho, no una obligación, y que esté permitido no obliga a nadie a practicarlo. Recuerdo incluso una tarde de viernes en las que se celebraban debates abiertos al resto de las aulas, como yo defendí mi postura de hombre adulto y liberado (con dieciséis o diecisiete años) ante un auditorio entregado a mis proclamas inflamables e infumables a favor de la libertad del aborto.

Esas fueron mis estúpidas ideas hasta el año 1995, cuando escuché, o leí, la frase de la Madre Teresa "Si conocen a alguien que no quiere al niño, que le tiene miedo al niño, díganle que me lo de a mi". Esa frase tuvo en mí el efecto del clavo en un cristal. Al primer golpe el vidrio empezó a resquebrajarse y a formar con sus pedazos una nueva taracea con esa idea en el centro.

¿Cómo era posible que esa mujer, que vivía en un mundo horrible, de miseria, carente absoluta de todo lo material, insano, indigno de llamarse humano, y todos calificativos horribles que queramos darle, era contraria al aborto? ¿Cómo esa persona, seguro que de ideas de derechas e influida por el Papa de Roma, podía atreverse a querer traer al mundo a una criatura en semejante sopa de mierda? No lo entendí hasta al cabo de un tiempo.

La vida no pertenece a nadie más allá del que la tiene.

Ninguna mujer, u hombre, debería poder decidir sobre la vida de los demás, y mucho menos decidir sobre si la cortan o no, tenga esa vida un segundo o sesenta años de antigüedad. No es comparable un asesinato a un aborto, pero el resultado es el mismo.

Ahondando en Internet tras la frase de la Madre, para no transcribirla desde mi memoria, he encontrado otra de ella "Para mi, las naciones que han legalizado el aborto son las mas pobres, le tienen miedo a un niño no nacido y el niño tiene que morir".

Ahora podréis pensar, con toda la razón, que un hijo que venga de una violación, madres adolescentes, problemas laborables, psicológicos, etc. etc., justifiquen la decisión de un aborto, pero incluso tantas razones como personas hay en el mundo sólo tienen algo en común, que todas tienen como consecuencia la muerte, o la negación a la vida, de un nuevo ser.

No lo entiendo.

No soy un bendito que no sepa las dificultades de engendrar y mantener a una criatura, y menos si esas circunstancias son terribles, o así se lo parecen a los padres, ni se me podrá tachar de pro Iglesia, o de ideas conservadoras, ni siquiera de tararear la musiquita del PP cuando nadie me ve, pero la solución no es el aborto, sino la renuncia al recién nacido. Y más en un país del primer mundo que dispone de cientos de mecanismos para hacerse cargo de esa vida.

No puedo decir nada más que repetir, desde mi más absoluta humildad, la misma frase de la Madre, “Si conocen a alguien que no quiere al niño, que le tiene miedo al niño, díganle que me lo de a mi". O mejor aún, que se ponga en contacto con cualquier organización a través de la asistencia social de su municipio, y se niegue a abortar.

Comentaris

Anònim ha dit…
mira que arribes a ser cabronnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
aquest santa et donarà tal abraçada que et trencara les costelletes........je je je

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