¿Merezco algo mejor?

Hola,

Hace unos años, una gran amiga mía y maestra me dijo un secreto increíble. Me explicó que nuestro pensamiento crea nuestra realidad. Como seguramente vosotros mismos al leer estas líneas, pensé que eso era una quimera, sin embargo me fijé en ella, en su vida, en su ejemplo, y decidí hacerle caso.

Imaginé entonces que sería escritor y que viviría en América. Recordé entonces otro dicho oriental que advierte de lo peligroso que es desear, porque lo que deseas se convierte en realidad.

A mí no me parece peligroso, me parece un milago de la vida que a día de hoy somos incapaces de comprender, aunque poco a poco parece que la cienca se acerca a lo que los grandes místicos llevan explicando siglos.

Me gustaría que dedicáseis unos minutos a leer el siguiente artículo rescatado de la Vanguardia y que quiere ser la prueba empírica de lo que acabo de explicar.


JOE DISPENZA · BIOQUÍMICO Y DOCTOR QUIROPRÁCTICO

"Mente y materia no están separadas"

Tengo 46 años. Nací en Nueva York y vivo en Rainier (Washington). Estoy casado en segundas nupcias, y comparto cinco hijos. ¿Política? Creo en el derecho divino de todo ser humano a buscar su felicidad. ¿Dios? La esencia inmanente que da vida a todo. Cada segundo pierdes diez millones de células: la vida actúa en ti, ¡acéptala!


-¿Qué es una remisión espontánea?
- La súbita reversión de una enfermedad: el enfermo sana de una dolencia sin explicación médica convincente.

- ¿Se dan a menudo curaciones de este tipo?
- Sí se dan. Yo he presenciado casos espectaculares. Y tengo una buena noticia: podrían darse más a menudo.

- ¿Por qué?
- He estudiado a muchas personas que experimentaron asombrosas remisiones de graves enfermedades... y he constatado en ellas ciertos aspectos comunes.

- ¿Cosas que podemos aplicarnos todos, entonces?
- ¡O intentarlo, al menos! Porque esas remisiones no fueron tan espontáneas...

- Le escucho: ¿qué había en común entre esas personas?
- Todas aceptaron que sus modos de pensar y sentir ( "he estado enfadado, odiando, envidiando..."), sus actitudes vitales, en suma, les habían ocasionado desequilibrios y disfunciones, les habían dañado la salud.

- Ah, eso no es nada fácil de aceptar...
- Pero se puede. Y uno puede buscar tiempo para empezar a ejercitarse en crear pensamientos grandes y felices: ¡eso está comprobado que estimula el sistema inmunológico, que estimula una neuroquímica salutífera!

- ¿Qué más hicieron esas personas?
- Empezaron a formularse preguntas importantes: ¿a qué persona o gran personaje admiro?, ¿a quién conozco que sea feliz, para ser igual?, ¿qué debo cambiar en mí para vivir con alegría?

- ¿Basta con pensar en eso?
- Es que, además, se concentraron en pensar en la nueva persona que querían ser. ¡Y eso genera ya redes neuronales nuevas!

- ¿Estaban ya cambiando, mejorando?
- Sin duda. Pero había algo más: todos aceptaron que la inteligencia de la vida, la inteligencia universal latía en ellos, y que podían reconectarse a ella.

- Suena ya demasiado místico, abstracto...
- ¡Es de una lógica radical! Mira: cada segundo pierdes diez millones de células... ¡Ahora mismo! ¿Estabas pensando en hacerlo?

- No.
- Hay un montón de células que deciden nacer y morir a cada segundo del día y de la noche, que deciden mantener tu corazón latiendo, todos tus órganos funcionando... ¿Controla todo esto tu inteligencia racional?

- No.
- ¡Pues ésa es la activa inteligencia de la vida a la que me refería! ¿Ves? La aceptas: puedes conectarte, encajarte en ella.

- ¿Y cómo lograr encajarme en ella?
- Hoy sabemos que la meditación es muy eficaz... Y hay algo que yo practico: cada mañana, al levantarme, pienso en quién quiero ser, escojo qué quiero para ese día, para mi vida, qué ideales persigo... ¡y todo eso lo siento dentro de mí como si ya fuese real!

- ¿Y qué sucede, señor Dispenza?
- ¡Que vivo días asombrosos! Y que vivo todos los días como si lo fuesen.

- ¿Está sugiriéndome que puedo crear mi realidad?
- Todas las personas que hicieron algo grande fueron personas que vivieron en una visión, en una realidad en la que creían. Y, de este modo, la crearon.
- Eso no es muy científico.
- En tal caso, las partículas elementales tampoco son muy científicas...

- ¿Por qué lo dice?
- ¡Porque se comportan contrariando las leyes de la física mecánica! Para empezar: donde todo parece sólido, ¿qué hay?

- ¿Qué hay?
- ¡Abismos de vacío!

- Muy poético.
- No, no, es mera realidad: en el átomo, entre los electrones y el núcleo, hay inmensidades de vacío; y entre los protones y neutrones del núcleo del átomo, hay más inmensidades de vacío... O sea, los ladrillos de la materia... están vacíos. ¡La materia es mero vacío!

- ¿Alguna otra enseñanza de física cuántica que quiera transmitirme?
- Que mente y materia no están separadas. Los humanos, pues, podemos usar la mente subjetiva para influir en el mundo objetivo.

- No es poco trabajo...
- ¡De hecho, lo hemos hecho durante siglos sin darnos cuenta!
- ¿Ah, sí? ¿Cómo?
- Al rezar.

- ¿Propone que recemos?
- Orar es esto: cerrar los ojos y pensar. Y para eso no se necesita a Alá, Yahvé, Dios ni nada de eso: se basta uno. Esto es lo que propongo: ¡experimenta! Haz de tu vida tu propio experimento científico.

- Despidámonos con algún ejemplo de experimento.
- Una vez tomé a dos personas: una estiraba con un dedo un cordel durante una hora al día, durante cinco días a la semana, durante cuatro semanas. Su dedo ganó un 30% más de fuerza. La segunda persona hizo lo mismo... pero sólo mentalmente.

- ¿Y?
- ¡Su dedo ganó un 22% más de fuerza!

- ¿Sin tocar el cordel?
- Sin tocar el cordel.

- Vaya...
- Lo físico es metáfora de los psíquico. Está todo imbricado, es en el fondo lo mismo. Insisto: ¡experimenta! Enriquece tu vida con experiencias nuevas. Créalas en tu cerebro. Crea realidad con tu mente, y verifícala luego en tu entorno. Serás creador. ¡Todos lo somos! Basta con conectar con esa inteligencia cósmica de la vida, con esa mente total. Enriquécete, enriquécete...


Entrevista realizada en la Vanguardia el día 14-04-07 por VÍCTOR-M. AMELA


Sin duda la reflexión de este artículo es muy sencilla, ¿no podría ser mi vida mejor?, si la respuesta es sí, el camino es claro, sólo imagínatelo.

Saludos,

Comentaris

Blanca Miosi ha dit…
¡Grandioso, Jordi!!!
Anònim ha dit…
Decir que me ha encantado es poco....¡me ha fascinado!, porque le he dedicado a la metafísica los últimos 15 años de mi vida, y se -de manera completamente empìrica pero natural, sin previos lavados de cerebro-, que asi son las cosas. ME FALTA MUCHO, pues aún no he podido aprender como eliminar una enfermedad que me persigue hace años.
Gracias por compartir esta belleza, que tomándolo cada quien a su modo y de acuerdo a sus creencias, puede, sin lugar a dudas, ayudar... y mucho.

abrazos.
Jordi Díez ha dit…
Mi queridísima Blanca, muchas gracias por pasar por aquí. Besos
Jordi Díez ha dit…
Estimada Adelfa,
Muchas gracias por tu visita y por tus palabras. Hay una máxima que creo que realmente se aplica a la vida, y es que tu pensamiento crea tu realidad. Es algo complejo de aceptar, pero en la poca experiencia de vida que tengo creo que es así.
Saludos!!!
Unknown ha dit…
Hola mi querido y casi compatriota Jordi. Magnifico articulo. Este es uno de los temas que mas me apasiona y estoy 100% de acuerdo con lo que aquí nos compartes. Feliz día y recibe un fuerte abrazo desde San Francisco, California. A ver cuando te dejas entrevistar de nuevo.
Marisol ha dit…
Hola Jordi,

pues aunque veo que el articulo tiene mucho tiempo, hoy lo he leído por casualidad y me ha hecho sentir muy bien, llevo años comprobando esa "realidad" y me alegra ver que no estoy tan sola cómo pensaba ante esta mentalidad que a veces, en algunos entornos, parece que no sea muy "cuerda",,,,

Tú siempre tan enriquecedor...!!

Un abrazo.

Marisol

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